...

Esos ojos acusadores y espías dejaron un paquete en el buzón
lo abriste y descubriste el arma, la opción.
Unas manos homicidas te saludan cada mañana en el parque,
hoy, burlonas se despidieron.

En la radio escuchas el programa de superación personal,
la locutora dicta el decálogo para logra la felicidad.
Sacas la libreta... no encuentras el lápiz.

Vas al baño, te lavas la cara y miras al espejo.
Ella te mira a los ojos y dice:
¿En qué capítulo dejarás de aniquilar tus subjetividades?
¿Qué noche de primavera te atreverás a dispararle a esas versiones
de ti que obligan a callar?
¿Una mañana de contingencia ambiental desencadenarás a la
disidente invisible, a la mariposa alienígena?

Tocan la puerta...
Son los demonios que te susurran en cada desayuno;
que anestesian el corazón infectado que dejaste en la cocina.
Mientras, lees la última página del recetario que te recuerda la deuda pendiente.
No sabes si depositar efectivo en el banco
o enviar un cheque sin fondos por transferencia.

Vives en una jaula y no te atreves a mirar el reflejo del espejo...
sueñas el final de la película japonesa: colgada al techo.
¿Eres tú o una de tus versiones la que yace roja?
 Ellos, los otros, los vivos se preguntan la causa del suicidio.


Comentarios

  1. Waoo!!! muy profundo y muy cierto, son cosas que a veces nos suceden internamente...felicidades por compartirlo.

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