Tal vez
A petición de los docentes, memoricé, durante la primaria
el nombre de cinco o seis culturas mesoamericanas:
olmecas, zapotecas, toltecas, aztecas, mayas,
sus aportaciones a la occidentalidad coloreada;
pero nunca discutimos en las aulas
lo resaca de la colonialidad a través de las palabras.
Viví la escuela como un sitio de mercancia tradicionalista,
me vaciaron contenidos manipulados, indigenistas:
de Ramos conocí el complejo de inferioridad mexicana y psicologista
de Vasconcelos escuché sus acciones culturizantes y misioneras
con Paz descubrí la definición de mi violada identidad nacionalista
y mi "fatalidad anatómica" estereotipada por la conquista.
Un día me encontré como funcionara pública de educación
y percibí en las paredes el olor podrido de la corrupción,
la UNICEF promueve el diseño de proyectos inclusivos,
si llevan el apellido "indígena", los recursos son sustantivos,
los reportes deben dar cifras que comprueben lo invertivo
en un sistema paternalista, las políticas pisotean al oprimido.
Algunos proyectos educativos de la SEP se diseñan en una oficina
las iniciativas bilingües e "indígenas" son puramente asistencialistas:
enseñan español, ofrecen becas, regalan zapatos, "alfabetizan",
capacitan al maestro en doctrinas evangelistas
que muestran a la población mexicana enferma de ignorancia
rica en tradiciones y costumbres, dignas de alabanza.
Promueven en los medios los discursos discriminatorios
garantizando una relaciones de división entre nosotros
Pero que somos ¿blanquitos-jodidos desculturizados?
el libro de texto nos clasifica por el color como criollos o mestizos
¡Qué desafortunados!, no tenemos dinero ni somos poderosos
algunos obtuvieron un empleo, otros vivimos con esperanza en los bolsillos.
Somos hombres y mujeres subdesarrollados y explotados
por un sistema neoliberal, mediático, opresor y monstruoso
que se ríe a carcajadas mientras nos convence de las estrategias de progreso.
Las instituciones cómplices nos moldean para ser víctimas o tiranos
luchan por negarnos las posibilidades de criticar y emanciparnos.
El Estado adiestra para obedecer y educa seres silenciados,
nos obligaron a callar, me pregunto si un día aprenderé a hablar.
el nombre de cinco o seis culturas mesoamericanas:
olmecas, zapotecas, toltecas, aztecas, mayas,
sus aportaciones a la occidentalidad coloreada;
pero nunca discutimos en las aulas
lo resaca de la colonialidad a través de las palabras.
Viví la escuela como un sitio de mercancia tradicionalista,
me vaciaron contenidos manipulados, indigenistas:
de Ramos conocí el complejo de inferioridad mexicana y psicologista
de Vasconcelos escuché sus acciones culturizantes y misioneras
con Paz descubrí la definición de mi violada identidad nacionalista
y mi "fatalidad anatómica" estereotipada por la conquista.
Un día me encontré como funcionara pública de educación
y percibí en las paredes el olor podrido de la corrupción,
la UNICEF promueve el diseño de proyectos inclusivos,
si llevan el apellido "indígena", los recursos son sustantivos,
los reportes deben dar cifras que comprueben lo invertivo
en un sistema paternalista, las políticas pisotean al oprimido.
Algunos proyectos educativos de la SEP se diseñan en una oficina
las iniciativas bilingües e "indígenas" son puramente asistencialistas:
enseñan español, ofrecen becas, regalan zapatos, "alfabetizan",
capacitan al maestro en doctrinas evangelistas
que muestran a la población mexicana enferma de ignorancia
rica en tradiciones y costumbres, dignas de alabanza.
Promueven en los medios los discursos discriminatorios
garantizando una relaciones de división entre nosotros
Pero que somos ¿blanquitos-jodidos desculturizados?
el libro de texto nos clasifica por el color como criollos o mestizos
¡Qué desafortunados!, no tenemos dinero ni somos poderosos
algunos obtuvieron un empleo, otros vivimos con esperanza en los bolsillos.
Somos hombres y mujeres subdesarrollados y explotados
por un sistema neoliberal, mediático, opresor y monstruoso
que se ríe a carcajadas mientras nos convence de las estrategias de progreso.
Las instituciones cómplices nos moldean para ser víctimas o tiranos
luchan por negarnos las posibilidades de criticar y emanciparnos.
El Estado adiestra para obedecer y educa seres silenciados,
nos obligaron a callar, me pregunto si un día aprenderé a hablar.
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